lunes, 13 de octubre de 2014

VERGÜENZA AJENA






No son las pinturas que cuelgan de sus paredes, distrayendo la vista que quiere escaparse hacia los libros, que te llaman con sus palabras y el aleteo de sus mundos contenidos. No es su pequeña barra reluciente, donde asoman las copas y los cafés hechos con esmero. No es por sus flamenquines caseros, ni el salmorejo cordobés, ni el humus con sésamo, ni las tostas. No es su escenario improvisado, ni los juegos de niños que acogen a las familias. No es la poesía que hace eco cada semana, mientras la noche se echa como manto viejo y las risas se tornan alegres y desinhibidas. No es su rostro medio desnudo, ni las manos que lo acarician. Son sus sonrisas, sus trato familiar en cuanto les pides algo, su energía que invade el ambiente en cuanto entras por la puerta, quizás antes, desde que divisas a lo lejos la pared roja de vergüenza ajena. Es el halo de familiaridad, de cordialidad y de normalidad que te arrastra y te retiene allí dentro, haciendo que las horas pasen como minutos y deseando que los minutos se conviertan en horas, para no tener que marcharte. Son María, Manu, Álvaro, que transportan su ilusión a aquellas cuatro paredes convirtiéndolas en algo más que una librería, un restaurante o un bar de copas. Las convierten en tu hogar y cuando te marchas, sabes que debes volver, porque ya
perteneces a ellos, a aquel mundo que han creado con esfuerzo y trabajo, para que tu encuentres tu sitio seas de donde seas. No esperes camareros de uniforme que tomen friamente las comandas, ni saludos falsos o enmascarados en rostros tristes. No esperes reverencias tras el servicio, porque son amigos los que te sirven y colegas los que te aconsejan. No hay mejor comida ni más casera. No hay mejor sonrisa ni la más sincera, que la de aquellas personas que tuvieron una ilusión que se tornó en sueño y lo hicieron realidad.

Por todo lo dicho y sentido, brindo por vosotros amigos
 
VERGÜENZA AJENA

BAR RESTAURANTE, COPAS, LIBRERÍA, LUGAR DE DEBATE Y MUCHO MÁS.

C/GALILEO 56, MADRID.

No hay comentarios: